ALIMENTACIÓN PARA ESTUDIAR
En la adolescencia (período entre los 12 y 19 años) la alimentación toma un rol de suma importancia, ya que se produce el famoso estirón puberal; un crecimiento muy rápido en longitud y masa corporal.
Una dieta desequilibrada puede perjudicar el desarrollo físico y mental de una persona, por eso es conveniente que el adolescente obtenga de forma paulatina hábitos alimenticios correctos para prevenir daños a corto y largo plazo a causa de esto.
Durante este período y en especial en temporada de exámenes, el desgaste físico del día a día se une al agotamiento sicológico que produce la rutina académica. Un 20% de energía es absorbido por la masa cerebral; que ocupa tan sólo entre un 2 % y 3% del peso corporal. Esta energía proviene principalmente de de los hidratos de carbono (glucosa) que de ser insuficiente, son reemplazados por otros nutrientes, como proteínas y grasas.
Sin embargo, en temporada de exámenes, y al contrario de la creencia popular, no es necesario aumentar el aporte de calorías. Lo que si se debe hacer es suministrar al cuerpo determinados nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento del sistema nervioso, tales como: vitaminas B, E o tocoferol; sales minerales como el potasio, magnesio y el zinc; además de oligoelementos como el litio, silicio, selenio y cromo. Todos estos están directamente relacionados con la capacidad de concentración, la memoria y el rendimiento intelectual de los seres humanos, e incluso hasta con el estado de ánimo.
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